Bienvenida/os una vez más a entrevistas UEL. Hoy tenemos al Dr. David Flores, quien nos contará acerca de su carrera científica y de la importancia de las colecciones biológicas.

Ambrosio Torres: Hola, David, te damos la bienvenida a nuestra sección de entrevistas-UEL, agradeciéndote muchísimo que hayas accedido a charlar un poco con nosotros. Como presidente hasta hace poco de la Sociedad ARgentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM), podrías contarnos ¿durante cuánto tiempo hiciste parte de la junta directiva de la SAREM? y ¿cuáles crees que fueron los principales retos a los que te enfrentaste durante dicho periodo?:

David Flores:
la SAREM ha sido la sociedad en que muchos mastozoólogos del país nos formamos, y nos ha marcado de muchas maneras. Me tocó ser parte de la Comisión Directiva durante casi diez años, cuatro de los cuales fui Presidente en dos períodos. Sin dudas, el crecimiento en gestión y academia que he logrado trabajando para la Sociedad ha sido muy importante. Uno de los principales retos de administrar la Sociedad ha sido asistir las organizaciones de los Congresos, y hacer crecer la Sociedad a través de la oferta de beneficios principalmente apuntado a estudiantes. Ha sido un gran honor para mi presidir la Sociedad que influyó tanto en nuestra formación desde estudiantes. Es en esta sociedad donde he aprendido lo complejo de la organización de congresos.

AT: sabemos que fuiste curador principal de la colección mastozoológica del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN). ¿Cómo calificarías esa experiencia como curador en el museo más importante de todo el país?

DF: fue una experiencia muy enriquecedora para mi. Mi formación académica de base estuvo siempre relacionada con la colecta y preparación de micromamíferos para las colecciones del Lillo, en aquel entonces en el grupo del Dr. Ruben Bárquez, donde me desempeñaba como técnico de la colección, mientras hacía mi doctorado. Luego el posdoc en otro Museo con colecciones.
Así, en el MACN fue solo aplicar y dirigir lo que ya había asimilado antes, un gran amor y respeto por las colecciones. El apoyo de las autoridades del MACN, el Dr. Edgardo Romero era Director entonces, fue clave para poder levantar una colección que tenía muchos problemas básicos. Cuando migramos a Buenos Aires, lo hicimos con Valentina Segura, quien estuvo a mi lado trabajando y reclutando voluntarios para esa enorme tarea de recuperación. Algunos de esos voluntarios al final quedaron como técnicos actuales de las colecciones de Mastozoología y Herpetología del Museo, caso de Sergio Lucero y Santiago Nenda, dos excelentes técnicos y amigos. Armamos un dermestario, recuperamos la colección de fluidos, llenamos la División de becarios y nuevos investigadores a los que dimos la bienvenida (Pancho Prevosti, Guille Cassini, Amelia Chemysqui, etc). Incluso fuimos sede del II Congreso Latinoamericano de Mastozoología que organizamos con el apoyo de la SAREM (Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos). Fue una muy buena época con muy lindos recuerdos de logros curatoriales y académicos. Recuerdo que las visitas en la Colección de Mamíferos se incrementó de manera exponencial, marcando un impacto profundo en el trabajo no solo de los taxónomos y anatomistas mastozoólogos, sino también de zooarqueólogos. Hicimos una parte del trabajo, y dejamos la posta a las actuales autoridades, cuyo Curador el Dr. Pablo Teta lleva las cosas muy bien, habiendo modernizado muchas áreas que aún necesitaban trabajo.

AT: ya que estamos en un momento histórico de las ciencias biológicas que algunos han llamado la «era genómica». ¿Cuál crees tu que debe ser el papel de la morfología en la actualidad científica?

DF: la morfología y la genética han avanzado mucho en sus respectivos caminos. Sin embargo, existen muchas puntos de contacto. La expresión genómica en la morfología (considerando en ésta a la «forma»; y al tamaño) está siendo bien conocida en los mamíferos. Podemos ver muchos journals importantes como han movido su scope hacia investigaciones apuntadas a expresión morfológica de los genes. Mucho de este conocimiento del impacto de la variación genética en la morfología viene del desarrollo de razas de mamíferos y aves domesticadas. Hoy conocemos el genoma completo del perro, la vaca, y probablemente algún otro mamífero domestico que se me olvida. El conocimiento profundo del genoma humano, y sus síndromes asociados a patologías morfológicas, también han ayudado mucho a conocer la conexión entre genes y forma, extrapolados a otros mamíferos, dado lo conservativo en general del genoma mamaliano. Por ejemplo, ciertas patologías humanas en el paladar, cuya base genética es conocida, resultaron ser los sitios del genoma donde varían las razas de perros brachi y dolichocefálicas. O ciertas anomalías comportamentales humanas con base genética, son las que afectaron el comportamiento animal en el proceso de domesticación. Y hay muchos ejemplos mas.

AT: en ese mismo sentido, entendemos que las colecciones biológicas son fundamentales para el estudio de la morfología y la biología en general. Sin embargo ¿cómo resolver las dificultades a las que se enfrentan las colecciones biológicas en la actualidad, tales como la digitalización de las grandes cantidades de material depositadas en ellas, el acceso fácil de manera presencial y virtual a las mismas, la conservación del material biológico, entre otras?

DF: las colecciones biológicas han sido cruciales en mi formación y en la formación de muchos de mis colegas y estudiantes. Sin colecciones no podemos entender nuestra diversidad. Las colecciones biológicas en general son un recurso estratégico de cualquier país. En la actualidad los procesos de informatización de la información y la georreferenciación han avanzado mucho y las instituciones deben actualizar sus curadores en este aspecto. La inversión en la formación de personal capacitado para el manejo de datos electrónicos es algo ineludible en las instituciones que albergan colecciones. Una de las ventajas de los datos electrónicos es el acceso remoto y rápido por parte del usuario al contenido de las colecciones. Obviamente, se da por sobreentendida la importancia de la existencia, buena preservación y accesibilidad de los especímenes que soportan los datos electrónicos.

AT: en nuestra primera entrevista, tuvimos la oportunidad de tener con nosotros a Cristian Abdala, quien actualmente es el presidente de la Asociación Herpetológica Argentina (AHA) y también es miembro de la UEL ¿que significa para la UEL, en tu opinión, el hecho de que dos de sus investigadores hayan sido hasta hace muy poco presidentes al mismo tiempo de dos de las sociedades más importantes en el estudio de las ciencias biológicas en la Argentina?

DF: la UEL es una agrupación de investigadores con una basta trayectoria no solo en lo académico, sino también en lo referido a gestión. La SAREM y la AHA son sociedades científicas paralelas o comparables en cuanto a objetivos y funcionamiento. Por ejemplo, ambas sociedades editan Publicaciones periódicas con un muy buen nivel de publicaciones. Como dije antes, fue un honor servir a la Sociedad, y es un honor haber compartido el lugar de trabajo con quien presidió la AHA en el mismo momento. El trabajo de presidir sociedades científicas de este tipo son actividades que requieren una carga horaria importante, por lo que resulta un trabajo altamente altruista.

AT: el último congreso de la SAREM, que se realizó en la ciudad de La Rioja a mediados de Noviembre del año pasado, contó con la participación de varios investigadores y becarios de la UEL. ¿Podrías contarnos cuáles fueron tus impresiones en general del congreso y de los trabajos presentados por parte de la UEL?

DF: en la UEL varios investigadores trabajamos en mamíferos, principalmente en aspectos analíticos de la variación morfológica. Siempre estamos presente en las Jornadas Argentinas de Mastozoología, que se realizan anualmente. Durante esas jornadas presentamos varios trabajos referidos a diferentes aspectos de la variación y evolución morfológica de marsupiales, carnívoros, primates y murciélagos.

AT: ¿cuáles crees tu que son los retos del estudio de la mastozoología actual en el mundo y particularmente en la Argentina?

DF: creo que conocer a tiempo nuestra biodiversidad. Sin duda, la genética hoy nos muestra que estamos subestimando nuestra biodiversidad, y la aceleración de la desaparición de los ambientes es demasiado alta. Las colecciones biológicas son cruciales en esto, son verdaderos reservorios de fauna y flora que desaparece día a día. Reservorios de no solo los especímenes (i.e. vouchers), sino también de muestras genéticas contenidas en éstos. Nuestros mamíferos cuentan con especies muy sensibles a la perturbación humana que están siendo seriamente amenazados. Los mamíferos son especialmente importantes en la conservación de las especies, dado que aquellos de gran porte son consideradas “especies paraguas” ya que sus requerimientos de supervivencia, hacen que su propia conservación arrastre en este proceso a muchas especies de menor tamaño e igualmente importantes en cuanto a servicios ecosistémicos. Muchos de estos pequeños mamíferos son especies claves en el mantenimiento del bosque y su salud.

AT: el científico contemporáneo se enfrenta en el mundo entero a recortes presupuestales, al cambio climático y a muchas otras problemáticas. En tu opinión, ¿qué debemos y podemos hacer para que la sociedad de la vuelta y preste un poco más de atención a la comunidad científica?

DF: las condiciones económicas de los países atentan seriamente contra su biodiversidad y ecosistemas. En la actualidad, muchos países desarrollados han tomado conciencia de las consecuencias a corto plazo en procesos de deforestación y contaminación. Las normas legales son muy duras en ese aspecto, mientras que en países menos desarrollados contienen altos niveles de diversidad biológica, pero leyes completamente flexibles a la hora de explotar recursos con poco control. Lamentablemente es una realidad que debemos cambiar. Los países subdesarrollados y con alta diversidad deben comprender lo estratégico de conservar y conocer la biota que ocupa su territorio, y sus potenciales aplicaciones. El cambio climático es algo que podemos estudiar a través del tiempo. Podemos ver como las especies modifican sus distribuciones. Y en este respecto, las colecciones vuelven a ser cruciales, en vista de los registros históricos de ocurrencia de nuestra flora y fauna. La educación ambiental, sobre todo apuntada a jóvenes y niños, es un aspecto fundamental en crear conciencia a futuro.

AT: nos enteramos que dentro de poco asumirás en el cargo de director científico de la fundación Miguel Lillo. ¿Qué se viene para la fundación bajo tu dirección científica?, es decir ¿cuál es el horizonte que planteas para la fundación?

DF: así es. Sin dudas que será todo una experiencia y una nueva etapa temporal. Mi experiencia como gestión estuvo mas ligada a una Sociedad científica (SAREM) y a dirigir la División Mastozoología y la Colección de Mamíferos del Museo Bernardino Rivadavia de Buenos Aires. Sin dudas que esta posición difiere de las demás por el grado de dependencia e impacto de las decisiones que se tomen. La Fundación Miguel Lillo es una Institución con grandes potencialidades que no están explotadas profundamente en algunos de los campos que allí se desarrollan. Hay infraestructura, un organigrama complejo en funcionamiento, personal administrativo, legal, científico y técnico que hacen de esta Institución muy valiosa si consideramos además su Jardín Botánico, su Museo de Ciencias Naturales, sus Colecciones biológicas y geológicas, y su cercanía histórica, física y logística con la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT. El acercamiento formal con el CONICET a través de la Unidad Ejecutora Lillo es también uno de los hechos académicos positivos mas recientes en la Institución. Me espera poder mejorar tanto la cantidad como calidad de la ciencia que se produce en la FML, aprovechando los convenios vigentes, y el mencionado potencial de personal e infraestructura. El Plan estratégico está diseñado de manera integral, combinando capacitaciones y producción científica, con objetivos que están relacionados y son inter-dependientes en su cumplimiento. Espero contar con un comité científico competente que pueda articular bien mi relación con los investigadores de la casa, a muchos de los cuales conozco y aprecio desde hace mucho tiempo.

AT: finalmente, como Colombiano no puedo dejar de preguntar lo siguiente. Sabemos que la mitad de los becarios doctorales que has dirigido en tu carrera han sido Colombianos. ¿es pura casualidad o cuáles son los motivos o experiencias que te han llevado a que esto suceda?

DF: un poco de todo. Algo de casual y de causal. He viajado a Colombia varias veces, tanto por vacaciones como por trabajo, y siempre tengo ganas de volver por que es un país que amo, como a su gente y sus comidas. El nivel académico de los biólogos colombianos es fantástico, en casi todas las ramas de la biología. Desde programación hasta biólogos de campo muy sólidos. Me ha tocado interactuar mucho con estudiantes colombianos, propios y de otros colegas, y mi experiencia en general ha sido muy buena. Actualmente tengo dos estudiantes colombianos que están finalizando sus tesis de doctorado en la Universidad Nacional de Córdoba, Nicolás Reyes y Alejandra Pardo.

AT: muchísimas gracias de nuevo por haber participado en esta entrevista y esperamos contar contigo en una nueva oportunidad.