Mes del investigador científico: la Ciencia en Argentina, según los lilloanos
Mes del investigador científico: la Ciencia en Argentina, según los lilloanos
El 10 de abril se celebró el día del investigador científico en el país, en conmemoración del nacimiento del doctor Bernardo Houssay (1887-1971), eminente científico cuya trayectoria marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la ciencia en Argentina.
El 10 de abril se celebró el día del investigador científico en el país, en conmemoración del nacimiento del doctor Bernardo Houssay (1887-1971), eminente científico cuya trayectoria marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la ciencia en Argentina.
Por eso, en este mes del investigador, desde Fundación Miguel Lillo (FML) quisimos conocer cómo analizan y proyectan la importancia de la Ciencia nuestros investigadores lilloanos.
Lo hacemos de la mano de cuatro especialistas de nuestras áreas científicas: María Francisca Parrado de Jalil (Botánica), María de los Ángeles Taboada (Biología Integrativa), María Eugenia Pérez (Zoología) y Pablo Grosse (Geología).
Parrado: Investigar en Argentina o en cualquier lugar del mundo es cumplir con estrictos protocolos de trabajo, ser organizado, metódico y muy apasionado; con una vocación firme, sustentada en una sólida formación académica que nos permite insertarnos en diferentes ámbitos. No obstante, ser científico/a en nuestro país implica dificultades en un entorno inmerso en serias crisis económicas, financieras, sociales y sanitarias. Es una actividad que requiere de una enorme dedicación, de anhelos, de priorizar objetivos, de cumplir metas y de sentir satisfacción con los resultados obtenidos. Es una labor maravillosa que permite superar frustraciones, desánimos y contratiempos; es un camino fascinante y las metas a corto o largo plazo requieren de investigadores comprometidos -en primer lugar consigo mismos- para poder aportar lo mejor a una sociedad ávida, inquieta y demandante que a lo largo de la historia ha confiado en el conocimiento de sus científicos. El reconocimiento a la investigación desde los diferentes ámbitos de poder -y por ende, de decisión- permitirá a nuestros pares contar con los recursos necesarios para accionar en pos de firmes objetivos, desarrollarse y aportar a este mundo globalizado ideas, productos y servicios que nos harán sentir orgullosos de ser argentinos.
Taboada: Trabajar en ciencia en nuestro país es una pasión y un estilo de vida con desafíos cotidianos. Ser científica es permitir que la curiosidad despierte día a día, es cuestionarte todo el tiempo, es dudar, es buscar “la verdad”, es equivocarse, es cometer errores y volver a empezar varias veces. También es maravillarte por las pequeñas grandes cosas que vas descubriendo, es sentir una alegría inmensa cuando ves tu trabajo realizado y publicado porque sabes cuánto costó todo el proceso. Es poder contar y compartir lo que descubriste con la sociedad, es aportar a que comprendamos un poco más “el mundo natural”. Asimismo, hacer ciencia en Argentina no es fácil porque dependemos de fondos económicos y el presupuesto es muy escaso, sin embargo, le buscamos la vuelta y seguimos adelante.
Pérez: Ser científico en el país no es fácil. En general, existe poco reconocimiento interno, incluso los que tenemos la dicha de poder hacer lo que amamos. Estamos bastante subestimados, un ejemplo de ello son los salarios bajos que percibimos, comparándolos con los de otras profesiones. Ser científico en Argentina representa un gran desafío, no solo desde el punto de vista del conocimiento (que es lo que todo científico busca) sino desde los recursos con los que contamos para hacer ciencia. Poder estar al mismo nivel -e incluso competir- con colegas de otras partes del mundo se torna casi imposible ya que contamos con presupuestos muy acotados en relación a los que se manejan en Estados Unidos, varios países de Europa, Asia e incluso Brasil. Sin embargo, rescato la alta formación académica de los investigadores, la avidez por el conocimiento y el empuje por lograr metas, lo cual permite que aún ante la adversidad logren hacer una ciencia de excelente calidad. Precisamente esta es una de las cualidades por la que los científicos argentinos son valorados en el mundo.
Grosse: Ser científico es contribuir al avance del conocimiento, es reunir observaciones y datos, analizarlos e intentar comprenderlos elaborando teorías o modelos, los cuales pueden llegar a ser las bases de desarrollos tecnológicos. Es también admitir ignorancia y regirse con honestidad científica. Los modelos o las teorías no deben considerarse como verdades finales o absolutas; pueden -y deben- modificarse o incluso refutarse a medida que se acumulan y analizan nuevos datos, se realizan nuevos experimentos, etc.
Parrado: La investigación científica es fundamental para el desarrollo de un país porque de acuerdo a los diferentes lineamientos que se establecen como políticas de estado, la actividad científica tiende a cubrir los aspectos considerados prioritarios para el avance de la ciencia y de la tecnología. Aporta conocimientos básicos y aplicados que son exhaustivamente controlados para luego ser volcados a la comunidad. El aporte de nuestra comunidad científica es invalorable, todo es cuestión de tiempo, cada pequeño aporte de hoy puede ser un punto destacado a futuro. Eso forma parte de nuestra formación objetiva, de nuestra visión particular del universo, de nuestro microcosmos, de nuestro compromiso con la vida y, por ende, con nuestro planeta tierra.
Taboada: La investigación científica y tecnológica están estrechamente relacionadas con los aspectos económicos, políticos y socio-culturales que definen la identidad de un país. La ciencia es fundamental para impulsar el desarrollo y resolver los desafíos que enfrenta y enfrentará el planeta.
Un aporte importante y destacable es el que realizan los biólogos taxónomos -en la FML tenemos el orgullo de contar con varios de ellos-. Hay millones de organismos que son el resultado de la evolución y es la taxonomía la que se ocupa de asignar nombres a las entidades biológicas y disponerlas en un sistema ordenado de clasificación que está basado en las relaciones evolutivas de los organismos; de esta manera, constituye la base del conocimiento de la biodiversidad y se relaciona con diversas disciplinas. En estos tiempos de cambios climáticos, de eventos que causan la pérdida de hábitats y especies, conocer la riqueza de la biota es fundamental: sólo se puede cuidar, preservar y valorar lo que se conoce.
Los avances en salud de los últimos años, especialmente durante la pandemia, han permitido reflejar la importancia de combinar la ciencia y la innovación.
Pérez: La Ciencia puede considerarse el “motor del desarrollo de un país”. Para que éste progrese, el desarrollo científico es uno de los elementos fundamentales: impacta no solamente en el desarrollo del país sino también en el bienestar de sus habitantes. De hecho, los países que han crecido lo hicieron porque antes, como política de estado, decidieron invertir en Ciencia y Tecnología y lo vincularon a la producción.
Grosse: La investigación científica aporta a un país nuevos conocimientos, riqueza intelectual, desarrollo e independencia tecnológica y -a la corta o a la larga- impacta positivamente en la prosperidad de la nación. Como dijo Bernardo Houssay: “Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia.”
Parrado: En el campo de la Taxonomía o de la Clasificación, existe una tendencia mundial a desarrollarse, afortunadamente. Es una disciplina fundamental que sirve de base para todas las investigaciones que requieran de diferentes organismos, es una prioridad al momento de encarar un proyecto. Conocer acerca de nuestro material de estudio debe ser tomado como algo esencial para generar la confiabilidad que se necesita en cualquier investigación. Es una disciplina ancestral que sigue en vigencia. La historia nos demostró que los primeros naturalistas, con sus admirables obras describiendo cientos y hasta miles de organismos en un contexto diferente al de nuestros días, siguen teniendo vigencia, están más vivos que nunca. De nosotros depende no generar fisuras en nuestras investigaciones, en cualquier disciplina.
Taboada: La FML tiene una trascendencia y relevancia más que destacable en el ámbito científico mundial ya que constituye un centro de estudio e investigación de las ciencias naturales, con sus múltiples proyectos y trabajos de investigación, que brinda datos actuales que incrementan el conocimiento de distintas disciplinas como la fauna, flora y gea del NOA. El nivel y la calidad de sus publicaciones, así como los investigadores que realizan sus tareas diarias con un gran compromiso, son reconocidos nacional e internacionalmente. Las colecciones que alberga la institución son consultadas y valoradas por científicos del mundo entero.
Pérez: Las investigaciones que se desarrollan en la FML tienen una trascendencia nacional e internacional gracias a que es una institución que tradicionalmente desarrolló un enfoque taxonómico y sistemático, en donde hay grandes referentes que permitieron que sea reconocida en el mundo, abriendo el camino a otros investigadores -incluso a otros campos de las Ciencias Naturales- como temas estratégicos que buscan resolver necesidades o problemáticas de la sociedad.
Grosse: Ser investigador en la FML implica obtener nuevos conocimientos en las ciencias naturales y comunicarlos a la comunidad científica nacional e internacional mediante publicaciones. También acercar las ciencias naturales a la sociedad e intentar resolver problemas locales ligados al medio ambiente.
Parrado: Con una formación en Ciencias Naturales y en Tucumán, no puedo dejar de admirar a nuestro sabio Miguel Ignacio Lillo, un ser que dedicó su vida a la naturaleza, a conocerla para valorarla, preservarla y conservarla. Desde el inicio se constituyó en el norte, hacia donde debemos fijar nuestros objetivos. Un ser humano extraordinario, capaz de comunicarse a la distancia para intercambiar opiniones, recorrer lugares agrestes, valerse de sus fuerzas para realizar recolecciones que hoy forman una de las Colecciones de Flora, Fauna y Gea más importantes de Latinoamérica en nuestra Fundación Miguel Lilo, institución reconocida en el mundo tanto por los recursos naturales como por sus investigaciones. Me siento muy orgullosa de formar parte de la comunidad lilloana.
Taboada: Sólo por nombrar dos: Marie Curie, que fue precursora en el campo de la radioactividad, recibió el premio nobel y fue la primera mujer en ocupar un cargo de profesora en la Universidad de París. Y Lynn Margulis, bióloga que se destacó por sus aportes a la aparición de las células eucariotas mediante la incorporación simbiótica de diversas células procariotas. Considero que las dos fueron investigadoras pioneras, que se esforzaron y trabajaron muchísimo para poder posicionarse como mujeres científicas y para concretar sus investigaciones; con sus avances brindaron grandes aportes en sus disciplinas.
Pérez: Hay muchos científicos admirables en el mundo y en el país, como el Dr. Bernardo Houssay, el Dr. Cesar Milstein y el Dr. Luis Federico Leloir, no solo por haber sido acreedores al máximo galardón en ciencias a nivel internacional sino por el real aporte que realizaron al avance del conocimiento y la mejora en la calidad de vida.
Sin embargo, merece un lugar especial el Dr. Salvador Mazza, quien dedicó casi toda su vida al estudio y combate del Mal de Chagas (una enfermedad endémica que aún sigue afectando a la población en sitios desfavorables) trabajando no sólo en laboratorios sino volcando sus conocimientos a la sociedad de manera directa, recorriendo el país en un laboratorio y hospital móviles instalados en un tren ferroviario y muchas veces en contra de trabas institucionales y políticas de la época.
Grosse: Siempre admiré a los naturalistas de los siglos XVIII y XIX, como por ejemplo Charles Darwin o Alexander von Humboldt. Eran biólogos, geólogos, paleontólogos, botánicos, geógrafos, astrónomos… abarcaban un abanico de disciplinas científicas increíbles e hicieron innumerables aportes al conocimiento.
Parrado: Como investigadora, uno de los más grandes anhelos es sentir que se puede trabajar en nuestro país con la tranquilidad de presupuestos que soporten los vaivenes propios de las sociedades en constante movimiento, investigar con la seguridad de sostener una familia -como un pilar fundamental en nuestra actividad, dado que son ellos los que nos apoyan en todo momento-, investigar a conciencia en busca de un objetivo, de una meta, de un sueño… lo que requiere de líderes o guías comprometidos con la investigación que puedan ser capaces de interpretar la sensibilidad que nos atraviesa como seres humanos.
Taboada: Mi mayor anhelo es que se incremente el número de científicos y científicas que puedan trabajar y desarrollar distintas líneas de investigación, lo que va a potenciar e incrementar los beneficios y avances de la ciencia en el país y eso se relaciona directamente con un mayor presupuesto para la ciencia y la tecnología.
Pérez: Mi mayor anhelo para la ciencia en Argentina es que logremos entre todos construir un nuevo paradigma basado en el conocimiento y la innovación, que plantee una visión de futuro, que capte a todo el país para producir más y mejores bienes y servicios que nos permitan vivir más y con una mejor calidad. Como dijo el Dr. Bernardo Houssay: “La Ciencia no es cara, cara es la ignorancia”.
Grosse: Mi mayor anhelo es que la investigación científica sea reconocida como una actividad fundamental para lograr la prosperidad de una nación y como tal, sea considerada un pilar principal en cualquier proyecto o modelo de país que se quiera seguir a futuro.