Se entregaron los premios a los ganadores de la Feria de publicaciones de la FML
Se entregaron los premios a los ganadores de la Feria de publicaciones de la FML
Las colecciones del Genera Plantarum y el Genera Animalium ya tienen dueño. El acto se llevó a cabo en el Centro Rougés y fue el presidente de la Fundación quien hizo la entrega. Joyas bibliográficas lilloanas, "unas de las más importantes del siglo XX".
La Feria de Publicaciones de la Fundación Miguel Lillo, que se realizó en el Centro Cultural Rougés entre el 1 y el 31 de julio, cerró con la entrega de las valiosas colecciones del Genera et species plantarum Argentinarum y el Genera et species animalium Argentinorum, dos joyas bibliográficas de la FML que quedaron en manos de Paola Pedraza y Guillermo Alejandro Herrera, respectivamente. Fue el presidente de la institución, José Frías Silva, quien realizó la entrega de los premios.
María del Pilar Ríos, directora del Centro Rougés de la Fundación Miguel Lillo, destacó la importancia de haber llevado a cabo la feria de publicaciones lilloanas durante julio y el sentido de haber realizado, junto al Centro Geo Biológico del NOA (Biblioteca de la FML), el sorteo de las colecciones.
"Nuestro objetivo era dar a conocer a un público amplio las diversas publicaciones en las áreas de arte y humanidades que posee el centro cultural y también colaborar con la difusión de los acervos propios de las distintas áreas de la Fundación. Por eso, realizamos un sorteo especial entre los participantes como forma de agradecimiento por su participación y por la gran satisfacción que nos depara que estas joyas bibliográficas, el Genera et species plantarum Argentinarum y el Genera et species animalium Argentinorum, formen parte de la biblioteca privada de personas que quizás no hubiesen tenido acceso a estas en otras circunstancias", remarcó la directora.
Antes de hacer entrega de los premios, Ríos explicó la trascendencia de las publicaciones que los ganadores estaban a punto de llevar a sus bibliotecas. Destacó que el sabio naturalista tucumano Miguel Lillo dedicó los últimos años de su vida a diseñar, presupuestar y realizar los acuerdos políticos necesarios con la Universidad Nacional de Tucumán para la concreción de esta empresa editorial titánica: el proyecto de la realización de una obra total sobre la flora y la fauna endémica argentina para compensar lo que, según el propio Lillo, no existía sino bajo la forma de estudios parciales de dudosa rigurosidad.
"En 1930, poco antes de morir, donó todos sus bienes y con el patrimonio de esta donación se constituyó, luego de su muerte en 1931, la Fundación Miguel Lillo, inaugurada en 1933. La Fundación ya asentada retomó el boceto editorial ideado por Lillo y consiguió el apoyo del Poder Ejecutivo de la Nación para realizar una obra mucho más ambiciosa que la ideada originalmente", remarcó la directora.
Así, el resultado fue la publicación, luego de 10 años de investigación, de una serie de 5 tomos constituidos en 7 volúmenes (desde 1943 hasta 1956), realizado íntegramente en Tucumán. Es una edición de altísima calidad, de tirada limitada y con ejemplares numerados y firmados cada uno por el presidente de la Fundación Miguel Lillo, responsable de la publicación, conforme señaló Ríos.
La directora del Centro Rougés contó también cómo fue la realización de estas publicaciones, consideradas por la UNESCO como una de las mayores contribuciones del siglo XX. Para la redacción del Genera plantarum se designó una comisión formada por botánicos y, al mismo tiempo, se organizó un cuerpo de dibujantes especializados compuesto en su mayor parte por mujeres: bajo la coordinación de Olga Borsini. "La gran mayoría de las ilustradoras que trabajaron en la Fundación Lillo se desempeñaban como maestras o eran egresadas de la Escuela de Dibujo y Artes Aplicadas", resaltó.
En esta misma línea, en tanto, se inscribe el Genera et species animalium Argentinorum, de 1948; 4 tomos dirigidos por el naturalista inglés afincado en Tucumán Kenetth Hayward. "Estos volúmenes son también de gran valor científico y artístico, contienen descripciones originales, características biológicas, distribución geográfica e ilustraciones de numerosas especies argentinas", detalló.
"Para nosotros como institución es un orgullo dar a conocer los recursos de un país -en este caso, la flora y la fauna- como una manera de contribuir a la creación y afirmación de identidades, vínculos y sentidos de pertenencia y, por qué no también, de las vocaciones científicas", concluyó la directora.